martes, noviembre 22, 2005

Adoradme, mortales

¿Qué esperais aquí? ¿Razones para adorarme? Mi mera presencia debería sobrecoger vuestras mentes inferiores y congelar vuestras almas en un rictus de terror y humildad.
Mi poder es ver la seminalidad de la función en la que todos participamos, solo un germen del teatro en el que las vidas de las generaciones futuras se verán envueltos, atrapados como moscas en... no sé, en papel atrapamoscas, quizás.
Es nuestro deber levantarnos y luchar contra esta terrible corriente que acabará con el mundo, la vida, la libertad y el pan de molde. Y la mejor manera de hacerlo es proporcionarme a mí, vuestro obvio superior intelectual, medios para defender mi poderosa mente de los ataques de aquellos contra los que os prevengo.
Y la manera de defenderme de ellos son las drogas. Así que cuando me veais por la calle, andando y posiblemente escuchando música, no dudeis un instante y ofrecedme todas aquellas sustancias que puedan ayudarme (ayudarnos) a combatir este mal antiguo y nuevo que nos amenaza. Y si no me veis, consumidlas vosotros mismo, os darán poderes que ireis descubriendo poco a poco y podreis ayudarme en mi noble causa. Pero guardadme una posturita, anda.
Gracias, comentadle esto a vuestros amigos de confianza y estad atentos. Nunca se sabe quién es un agente clonado de la CIA. Mucho cuidado.