martes, septiembre 13, 2005

Qué malito que estoy

Quien más quien menos se encuentra hoy en día agobiado por las presiones de la vida diaria. Una cosa, vamos. Pues yo no voy a ser menos y me declaro en proceso de sufrir estrés. Claro que mañana termino los exámenes y me parece que a partir de ahí poco poco, eh? Bueno, el caso es que a través de estas líneas quería apaciguar los incipientes rumores de mi muerte, que resultaron exagerados, como de costumbre. Y declarar que a partir de este fin de semana me comprometo a terminar (al menos) los tres artículos que tengo en el dique seco. Y que me parta un rayo si miento.

domingo, septiembre 04, 2005

Qué fiesta tan divertida

Y qué libro más bueno. No digo nada nuevo si suelto: "Oye, qué bueno es El Regreso del Señor de la Noche, eh?" Pero se me apetece decirlo, fíjate tú. Y es que entre examen y examen sigo leyendo tonterías y haciendo el chorra por la calle, y esta tarde me he releído el susodicho.
Llevo cerca de un año culturizándome a saco con lecturas diversas, y aquí el amigo Bats me gusta hoy tanto como el primer día. Que son dos cosas que no tienen nada que ver, pero así es la vida. Recuerdo cuando me compré el timito, perdón, tomito. Que Planeta creo que aun no lo ha editado. Peró me lo bebí como... elijan su bebida o persona favorita. Pues así. Y es que Bruce me recuerda mucho a mí mismo, ligeramente más de lo que me recuerda un huevo a una castaña. Ambos tenemos una doble personalidad que nos asalta en los momentos más oscuros, ambos hemos luchado contra ella y ambos pensamos que la habíamos desterrado. Pero siempre vuelve, a pedir más.
Cuando (mis lectores más jóvenes no se acordarán) desvariaba a diario sobre el Yo, el Superyo y el Ello que había descubierto pululando en mi interior, supuse de manera inocente que si me dejaba arrastrar por alguno de mis extremos acabaría en la ruina, ya fuese económica, social o moral. Y nombré a ambos Damien, mis impulsos primarios, y Bragui, mis tendencias sociales. Bragui, por si alguien se lo pregunta, es el dios nórdico de la poesía. De nada. Y claro, cada vez que pensaba en algo retorcido que hacerle a alguien le echaba la culpa a Damien. Y cada vez que se me ocurría algo bonito que decir o que hacer, pues evidentemente decía que era cosa de Bragui. Pero últimamente (de un par de años hasta ahora o por ahí) he notado que el griterío que se organizaba en mi psique cuando los pequeños discutían se ha apagado. Y yo me pregunto: ¿Acaso se ha llegado a una especie de acuerdo entre las partes? ¿Cómo sería este, lunes miércoles y viernes para Damien y martes jueves y sábados para Bragui? ¿Y qué pasaría con los domingos, no tengo personalidad? ¿O es más bien que el tercero en discordia, Javi, ha diluído a los otros dos en su ser? Eso sería plausible, puesto que (creo) sigo pensando y actuando igual, solo que hago cada cosa en su momento y me guardo lo que pienso para mí. Oh, se me ocurre otra opción: ¿puede uno de mis avatares haber MATADO a los otros? ¿Puede darse tal caso? Y, por cierto, mientras escribo esto sigo supervisando mi cuenta en el universo 14 de Ogame. Qué asco de juego, no lo probéis, es mortal de necesidad. Siguiendo con esto, hay una serie de cuestiones que, entre las brumas de los psicotrópicos me acosan. ¿Estoy seguro de haber asignado bien los nombres a mis alter egos? Es decir, ¿no es posible que mi instinto natural sea hacer el bien y ayudar a mi prójimo y que las elaboradas maquinaciones e hijoputeces varias que a veces me asaltan, así como las perversiones, el odio, la agresividad, la lujuria y demás pecados capitales, todo eso puede ser el resíduo que la civilización ha dejado en mi? Me han preguntado alguna vez si confío en el género humano. Yo siempre contesto que sí, que la gente es buena, en general. Yo soy de los que creen que hay vida después de la muerte pese a no creer en un Dios, yo CREO en la Humanidad. Somos una raza que pervivirá. Si tenemos la más mínima oportunidad, la ciencia y el progreso nos salvarán. Perduraremos hasta después de que se acabe el Universo.
Como decía, qué libro tan bueno es el de Miller. Quién se apunta a una fiesta?

jueves, septiembre 01, 2005

Nostalgia de una edad perdida.

Pafman, el héroe tonto, feo y con un gato que habla como compañero. ¿Han leído ustedes sus aventuras? Recientemente tuve la ocasión de comprar una reedición de sus aventuras que está haciendo Ediciones B, y la desaproveché. Después de todo, ¿para qué está la mula si no es para este tipo de situaciones? El caso es que el bueno de Pafman y su fiel Pafcat representan una época que he tenido a bien recordar gracias a unos números sueltos de la revista Súper Mortadelo que conservo entre unos de Green Lantern y la Enciclopedia Tolkien Ilustrada, y es que a mi cuarto hay que entrar con cuidaíto o el frikismo te asalta y te fuerza analmente contra la pared.
En la susodicha revista veo humor ácido, chascarrillos picantes y bromas tan absurdas que merecen una reverencia. Y lo peor es que de pequeño me leía estas revistas sin pillar su sentido pleno, osea que encima tienen ¡doble lectura! Impresionante que una revista para niños pueda hablar con tanto descaro de sexo, violencia y de una especie de surrealismo cargado de absurdez y envuelto en contradicciones Pratchettianas con una pizca de sadismo. En fin, una historia. Y es que hoy en día no calibro yo la reacción del público ante tamaño despropósito de revista.
En un mundo como el de hoy, cargado de chascarrillos fáciles y de "humor inteligente" como el del Club de la Comedia (con artículo propio, no se lo pierdan si llego a escribirlo, por favor) no estoy seguro de que esta revista llegase a triunfar. Como decía aquel, sobrecargados de Morancos hemos perdido la capacidad de apreciar a Kant.
Y en la próxima feria del manga de Jerez tengo un habitáculo propio, están todos invitados.